viernes, 17 de octubre de 2014


ACEPTAR A CRISTO


La mayoría de persona que escuchan por primera vez la expresión “acepte a Cristo”, la relacionan de inmediato con aceptar la religión evangélica; y esto lo digo porque a mí me pasó y también lo he escuchado de otras personas. Afortunadamente no es así, ¡y no porque la religión evangélica no sea buena! Sino porque aceptar a Cristo es mucho más que una religión; es toda una experiencia de vida, es una transformación plena hacia lo correcto, especialmente es un cambio en lo interno que se refleja en lo externo.

¿De dónde surge esta expresión? Y ¿Por qué es tan importante aceptar a Cristo? De hecho, es vital hacerlo.  La biblia dice en Juan 1:11,12 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. La escritura es clara, si alguien no recibe a Jesús en su corazón o no cree en su nombre, no puede ser llamado hijo de Dios; significa que es tan solo una criatura de Dios y vaya que si hay diferencia..

Aceptar a Cristo no es tratar de parecerse a Él, sino buscar ser como Él, es decir, actuar, pensar, hablar y reaccionar como Cristo, y para poder hacerlo hay que conocerlo.
Toda persona que tiene un encuentro con Jesús nunca vuelve a ser la misma; podemos ver la conversión de Saulo quien posteriormente se convertiría en el apóstol Pablo, impensable para el hombre cómo una persona que después de perseguir y encarcelar a todo seguidor de Jesús, resulta predicando sobre el mismo Jesús, es como aquella persona que habla mal de los evangélicos  y se refiere a ellos como “protestantes”, “locos”, “hipócritas”  ¡y de repente! Ya es  todo un evangélico cargando su biblia a todas partes. Son cosas que solo Dios puede hacer porque su palabra dice que lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. (Lucas 18:27).

Otras veces hasta resulta ofensivo para las personas cuando se les invita a aceptar a Cristo en su corazón, porque la respuesta a lo interno es: “si yo tengo a Cristo en el corazón” o “si yo, creo en Cristo”, no tengo que aceptarlo nuevamente, pero el error frecuente es pensar que con el solo hecho de creer en Jesús es suficiente. No basta con creer porque hasta los demonios creen, (Santiago 2:19) sino que se trata de creer y hacer lo que la palabra de Dios dice. Es por ello que, escuchamos personas que dicen que creen en Jesús pero siguen engañando a su esposa, siguen emborrachándose, metidos en actos de corrupción, discriminando, robando, etc.etc. Y eso, no es tener a Cristo en el corazón.

Definitivamente, Cristo transforma nuestras vidas y soy un testigo más que puedo dar fe de ello. Yo acepté a Cristo un 27 de junio de 2010, y a partir de esa fecha mi vida cambió maravillosamente y no solo la mía, sino también la de mi familia. Ahora día a día busco agradar a mi Señor en todo lo que hago y sirviendo en mi iglesia Casa de Amor en todo lo que pueda, con tal de glorificar el nombre de aquel que dio su vida por todos y perdonó nuestros pecados, a mi amado Señor Jesús quien vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Autor:  Juan  Diego  Simaj  Q.


miércoles, 15 de enero de 2014